VISUAL THINKING
EVALUACIÓN di francesca barone
El proceso de aprendizaje prevé diferentes fases en las que el profesor y el alumno tienen que trabajar juntos para alcanzar sus objetivos.
El primer paso consiste en una recopilación de datos y de informaciones sobre la situación de partida: el perfil personal y sociocultural del alumno, su formación educativa y/o profesional, el estilo de aprendizaje preferido, las expectativas de cada uno, etc.
El primer paso consiste en una recopilación de datos y de informaciones sobre la situación de partida: el perfil personal y sociocultural del alumno, su formación educativa y/o profesional, el estilo de aprendizaje preferido, las expectativas de cada uno, etc.
Esta fase, en ocasiones, puede generar entre los alumnos una sensación de “estar perdiendo el tiempo”, ya que su objetivo es aprender y para ello necesitan la explicación de una regla y unos ejercicios prácticos para comprobar si lo han entendido bien.
Al elaborar éste gráfico he querido expresar la necesidad de superar esta falsa creencia y de transmitir la idea de que una buena planificación del trabajo representa una inversión rentable, ya que se toma conciencia de cómo aprendemos.
Al elaborar éste gráfico he querido expresar la necesidad de superar esta falsa creencia y de transmitir la idea de que una buena planificación del trabajo representa una inversión rentable, ya que se toma conciencia de cómo aprendemos.
En mi experiencia como docente de un idioma moderno más de una vez les he preguntado a los alumnos: “¿De qué os sirve conjugar perfectamente los tiempos verbales del italiano al pasado si luego no conseguís contar qué habéis hecho el último fin de semana?”. Aprender no solo es saber. Para erradicar ciertas falsas convicciones resulta fundamental reflexionar sobre diferentes aspectos de la educación.
A veces cuesta ayudar a los alumnos a comprender que el aprendizaje es algo progresivo y que para cada uno requiere un ritmo y una actitud diferente según, entre otras cosas, los recursos de los que cada uno de nosotros dispone. Se debe consensuar una forma de trabajo en la que todas las personas involucrada en el proceso tengan un papel activo y consciente, e insistir en la importancia de cooperar entre todos, tanto en clase como fuera del aula.
(Véase 9 ideas clave: el aprendizaje cooperativo, por Pere Pujolas Maset)
Desde luego la evaluación es un aspecto muy importante en el proceso de aprendizaje en clase. Nuestros alumnos están obsesionados con los exámenes finales, de dominio, que para ellos representan el veredicto final, después de años de estudio. A veces confiesan que les da cierta vergüenza no aprobar un examen de cara a sus hijos (o nietos), porque representa una situación atípica. Es muy difícil convencerles de que el error no siempre es un fracaso, sino un intento casi logrado. Los errores no deben ser motivo de frustración y de desánimo, ni para el profesor ni para los alumnos, sino más bien una ocasión para reflexionar y ajustar las intervenciones, según las necesidades de cada uno, con el objetivo de mejorar.
De hecho, una de las actividades que suelo proponer en clase a mis alumnos es la de editar, entre todos, un texto escrito por ellos, con el objetivo de "mejorarlo". La corrección conjunta de los errores les da confianza ya que ellos se sienten capacitados para detectar el fallo, reflexionar sobre él y corregirlo.
Por eso me gusta asociar el final del recorrido representado en éste gráfico a una imagen de éxito y de satisfaccion.
(Véase 9 ideas clave: el aprendizaje cooperativo, por Pere Pujolas Maset)
Desde luego la evaluación es un aspecto muy importante en el proceso de aprendizaje en clase. Nuestros alumnos están obsesionados con los exámenes finales, de dominio, que para ellos representan el veredicto final, después de años de estudio. A veces confiesan que les da cierta vergüenza no aprobar un examen de cara a sus hijos (o nietos), porque representa una situación atípica. Es muy difícil convencerles de que el error no siempre es un fracaso, sino un intento casi logrado. Los errores no deben ser motivo de frustración y de desánimo, ni para el profesor ni para los alumnos, sino más bien una ocasión para reflexionar y ajustar las intervenciones, según las necesidades de cada uno, con el objetivo de mejorar.
De hecho, una de las actividades que suelo proponer en clase a mis alumnos es la de editar, entre todos, un texto escrito por ellos, con el objetivo de "mejorarlo". La corrección conjunta de los errores les da confianza ya que ellos se sienten capacitados para detectar el fallo, reflexionar sobre él y corregirlo.
Por eso me gusta asociar el final del recorrido representado en éste gráfico a una imagen de éxito y de satisfaccion.
Sobre cómo va cambiando el concepto de educación merece la pena ver este interesante video de Cesar Bona Los nuevos retos de la educación
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